[Gaceta de Madrid,Núm. 57, de 18 de abril de 1834, pág. 263].
El Estatuto fue aprobado por Real Decreto, siendo una "carta otorgada" por la Regente sin participación alguna del pueblo, similar a la de Luis XVIII en 1814 (otros estudiosos se refieren a ella como "carta pactada", dada la necesidad de la Reina Gobernadora María Cristina de Borbón de llegar a un entendimiento, primero con los liberales, todo bajo el prisma señalado por Carr de que fuera "un arreglo constitucional de signo conservador que [...] lograría el entusiasmo liberal para la guerra contra el carlismo sin ceder a la revolución"; segundo, con la vieja nobleza y el clero, por lo que Tomás y Valiente nos dirá que por ello fue una "ley ambigua, conscientemente ambigua", pero que "significó un pacto entre parte de la nobleza y de la jerarquía eclesiástica del Antiguo Régimen y la burguesía más conservadora").
[Cfr.: Carr, R.- España 1808-1975. Barcelona, Ariel, 2008, pág. 162.
Estrada Sánchez, Manuel.- El significado político de la legislación electoral en la España de Isabel II. Santander, Univ. Cantabria, 1999, pp. 12 y ss.
Tomás y Valiente, F..- Manual de Historia del Derecho Español. Madrid, Tecnos, 2004, pp. 442-443.]