lunes, 29 de diciembre de 2014

MARQUES DE REMISA, con VIZCONDE DE CASA SANS

Los MARQUESES DE REMISA conllevaron parejo el VIZCONDADO DE CASA SANS [Es1840]

Documentación del título.

• El 1 de febrero de 1.840 solicitó Gaspar Remisa que la denominación sea Marqués de Remisa.

• El 9 de febrero se accede a lo solicitado.

• El 7 de febrero de 1.840 solicitó Gaspar Remisa que la denominación sea Vizconde de Casa-Sans.

• El 24 de julio de 1840 se dictó el Decreto haciendo merced de título de Marqués de Casa Remisa a don Gaspar Remisa.

(Cfr.: Fernández-Mota de Cifuentes, María Teresa.- Relación de títulos nobiliarios vacantes, y principales documentos que contiene cada expediente que, de los mismos, se conserva en el Archivo del Ministerio de Justicia. Madrid, Hidalguía, 1,984, pp. 306-307).

domingo, 14 de diciembre de 2014

ARTÍCULO DE Edmundo Fayanás Escuer sobre la REINA MARÍA CRISTINA DE BORBÓN Y DOS SICILIAS.


Reproducimos aquí el siguiente DOCUMENTO, elaborado por Edmundo Fayanás Escuer el 7 de noviembre de 2014 en nuevatribuna.es y que puede leerse en http://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/lado-oscuro-reina-maria-cristina-borbon-sicilias/20141103110417108836.html, y que nos ayuda a tener una imagen global de la Reina María Cristina.


EL LADO OSCURO DE LA REINA MARÍA CRISTINA DE BORBÓN Y DOS SICILIAS.

Nace el 27 de abril de 1806 en Palermo. Sus padres fueron Francisco I de las Dos Sicilias y la infanta María Isabel de Borbón que era hija de Carlos IV de España y hermana de Fernando VII.

Tuvo una educación esmerada en su vida en Nápoles. Esta formación se basaba más en la cultural que en la política política, y toda su idea de política era que siempre tenía que haber un gobierno fuerte.

El marqués de Villa-Urrutia describe a María Cristina de la siguiente forma “era considerada Cristina como hermosa, no por la corrección de sus facciones, sino por el conjunto, según se puede apreciar en el retrato de don Vicente López, cuyo pincel, como el de Goya, no pecó de cortesano y lisonjero. Su cabello era castaño; los ojos, pardos, parecían negros a cierta distancia, y sin ser grandes resultaban expresivos y dominantes; la boca graciosa con propensión constante a la sonrisa; la frente proporcionada al rostro; la nariz más bien grande sin ser borbónica; el color blanco nacarado; los pómulos ligeramente rojos; las orejas menudas y bien puestas, llamaron la atención de un marinero americano como las primeras que había visto verdaderamente bellas; el cuerpo airoso y esbelto; la figura de intachables líneas estructurales; los ademanes naturalmente distinguidos, y el aire siempre elegante, cualquiera que fuera el traje que vistiese, para paseo, campo, montar a caballo o recepción palatina. Cuando entró en Madrid, sin estar delgada, no era mujer de mucho volumen; pero al poco tiempo adquirió su cuerpo ciertas líneas curvas, En España como en Oriente muy apreciadas, por el mayor relieve que dan a la hermosura femenina…