jueves, 23 de febrero de 2017

1833: JURA DE ISABEL II COMO PRINCESA DE ASTURIAS.


TEMAS QUE VAMOS A DESARROLLAR
• La Pragmática Sanción de 29 de marzo de 1830.
• ¿Por qué se publicó la Pragmática Sanción de 1830 estando embarazada la Reina María Cristina de Borbón.
• Real Decreto de 4 de abril de 1833: ejecución de la Pragmática Sanción de 1830.
• Argumentarios a favor de la supresión de la Ley Sálica.
• Intencionalidad y propósito en la jura de Isabel II como Princesa de Asturias.
• Relación de procuradores a Cortes para verificar la Jura.
• Actos programados para celebrar la Jura.
• Desarrollo y Crónica de los actos programados.
• Descripción de la Jura por diversos escritores decimonónicos.



LA PRAGMÁTICA DE 29 DE MARZO DE 1830.

A través de la Pragmática Sanción que publicó Fernando VII el 29 de marzo de 1830 ["Gaceta de Madrid", de 3 de abril de 1830, núm. 40, pp. 167-168; "Mercurio de España", abril de 1830, pp. 269-273], se promulgaba y hacía efectivo el acuerdo de las Cortes de 1789 que su padre promovió, y que hasta entonces no llegó a hacerse efectiva, dadas las revueltas de la Revolución francesa y luego los acontecimientos de la guerra de la Independencia, amén de las fuertes presiones de Francia y Nápoles.

La Pragmática Sanción de esta fecha lo que hace es anular el Reglamento de Sucesión de Felipe V, "Auto Acordado", aprobado en las Cortes de Madrid de 5 de noviembre de 1713, por el cual la herencia al trono de España seguiría un camino parecido (no exactamente igual) a la Ley Sálica francesa, imposibilitando a las mujeres acceder al mismo, sólo en el caso de que siempre hubiera herederos varones tanto en la línea principal o lateral, actuación contraria a las costumbres castellanas y a lo establecido por las Siete Partidas de Alfonso X el Sabio.

Dice así:

PRAGMÁTICA-SANCIÓN EN FUERZA DE LEY DECRETADA POR EL SEÑOR REY DON CARLOS IV Á PETICIÓN DE LAS CORTES DEL AÑO 1789, Y MANDADA PUBLICAR POR S. M. REINANTE PARA LA OBSERVANCIA PERPETUA DE LA LEY 2ª, TÍTULO 15, PARTIDA 2ª, QUE ESTABLECE LA SUCESIÓN REGULAR EN LA CORONA DE ESPAÑA.

Don FERNANDO VII, por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de Leon, de aragon, de las dos Sicilias, de Jerusalen, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Menorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaen, de los Algarbes, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas de Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales, Islas y Tierra-firme del mar Océano; Archiduque de Austria; Duque de Borgoña, de Brabante y de Milan; Conde de Abspurg, de Flandes, Tirol y Barcelona; Señor de Vizcaya y de Molina, etc.

A los infantes, Prelados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos-hombres, Priores, Comendadores de órdenes, Alcaides de Castillos, Casas fuertes y llanas, y á los de mi Consejo, Presidentes y Oidores de mis Audiencias y Chancillerías, Alcaldes, Alguaciles de mi Casa y Corte, y á todos los Corregidores, Asistente, Gobernadores, Alcaldes Mayores y ordinarios, y otros cualesquiera Jueces y Justicias, Ministros y personas de todas las ciudades, villas y lugares de estos mis Reinos y Señoríos, tanto á los que son ahora, como los que serán de aqui adelante, y á cada uno y cualquiera de vos,

SABED:

domingo, 12 de febrero de 2017

AÑO 1833. MANIFIESTO DE LOS PÚBLICOS FESTEJOS PREPARADOS POR LA VILLA DE MADRID PARA SOLEMNIZAR LA JURA COMO PRINCESA DE ASTURIAS DE ISABEL II.


Reproducimos aquí, íntegramente, el "Manifiesto de los públicos festejos preparados por la M.N., M.L. y M.H. Villa de Madrid, para solemnizar la jura de la Serenísima Princesa Doña María Isabel Luisa de Borbón", [Madrid: Imprenta de la Calle del Amor de Dios, 1833], donde se da cuenta de todos los actos que fueron preparados por el Ayuntamiento de Madrid, con motivo de la Jura como Princesa de Asturias, de la que sería llamada luego reina Isabel II:


[PÁG. 3 ►]
«La respetuosa adhesion de los españoles hácia los Augustos Soberanos que han ceñido á sus sienes la ilustre diadema de los ALFONSOS y los FERNANDOS es la mas grata herencia que transmiten á sus hijos, el timbre de que mas se han envanecido en todos tiempos, el laudable germen de sus virtudes y el generoso fundamento de sus esclarecidas hazañas. Llenos están los anales de gloriosos ejemplos que á las presentes y futuras generaciones atestiguan la lealtad castellana. La época presente bastaria á confirmarla, sin consultar las anteriores, si ya no fuese proverbial entre las naciones que justamente la admiran; y cuando todos los habitantes de Iberia cifran su orgullo en albergar tan nobles sentimientos, grabados en sus corazones con indelebles caractéres, ¿pudiera no abrigarlos y complacerse en su pública demostracion la Coronada Villa de Madrid, que como mas inmediata al Trono de SAN FERNANDO es la primera en participar de su influjo, regocijarse con sus glorias, ó compartir sus pesares? ¡Qué de testimonios pudiera enumerar Madrid de su innata fidelidad desde su antiquísima fundacion, y sobre to do desde que elevada por sus blasones al honroso título de Metrópoli de las Españas mereció ser residencia de sus

[PÁG. 4 ►]
ínclitos SOBERANOS! Mas limitándonos al glorioso reinado del Rey Nuestro SEÑOR DON FERNANDO 7.º, ¿qué pueblo puede gloriarse de haber escedido á la Corte española en manifestarle su amor y gratitud? Madrid que con tanto entusiasmo celebró su exaltacion al Trono de RECAREDO, Madrid viéndole arrancado de su seno por la perfidia de un extrangero ambicioso lanzó el primer grito de guerra, de indignacion, de exterminio contra la alevosa hueste enemiga de la española independencia y de la AUGUSTA DINASTIA de BORBON. Madrid ostentó su entrañable alborozo al verá su Señor restituido á los filiales brazos de sus vasallos, quebrantados felizmente los hierros de su ominosa esclavitud. Con no menor júbilo le vió este pueblo recobrar el pleno ejercicio de su SOBERANIA, en que á despecho de una faccion tan ilusa como impotente fundó siempre su ventura la mayoría de la Nacion. La Capital de la Monarquía le recibió entre los vivas del triunfo, y como al Paladion de su futura felicidad, cuando sepultando para siempre á la hidra de la rebelion le vió tornará su regio alcazar y al dulce reposo obtenido con la espada del poder que sus manos paternales en lazaron con la Oliva de la clemencia. Madrid que habia llorado con su REY la prematura muerte de tres REINAS virtuosas, le acompañó con igual afecto en su gozo cuando resonaron en sus egregios lares los himnos epitalámicos que anunciaron su próspero consorcio con la bella, con la tierna y amorosa PRINCESA que vino á ser el consuelo de FERNANDO y el ídolo de la España, cuyos